Cantamos a su valor y
firmeza
Francisco
Torres, Secretario de Prensa Asedar Arauca, marzo 4 de 2012
------------------------------ ------------------------------ ------------------------------ --
Cuando se
anunciaba la primavera de 1911, en Nueva York, inminente capital financiera del
mundo y sede del poder económico del imperialismo norteamericano, las jóvenes
trabajadoras huelguistas de Triangle Shirwaist, no podían saber las trágicas
consecuencias que las medidas de sus patronos iban a traer, convirtiendo en una
trampa la fábrica, donde ciento cuarenta de ellas morirían calcinadas.
Del horror de
esa pira humeante saldría más fuerza de la que tenían sus cansadas manos, más
futuro del que imaginaron en el más soleado de sus días y más belleza que la
que apreciaron en sus cortas vidas pasadas en la inmigración y el desamparo.
Sin
títulos y sin mayor instrucción, las mujeres, no obstante, tuvieron la verdad de su instinto de
trabajadoras. En las más difíciles condiciones, proponiendo la más desigual de
las luchas, actuaron con certeza y valor. Su camino, apenas intuido, se
extendía. Luise Zietz, apoyada por Clara Zetkin -maestra de los trabajadores
alemanes- propuso una jornada de lucha por sus derechos.
La mujer
despertaba de miles de años de subyugación. Y lo hacía en las grandes batallas
de la clase obrera. Las poderosas fuerzas que la colocaban en el panorama de
las grandes decisiones transformaban al mundo: triunfaba la revolución en Rusia
y el 8 de marzo de 1917, en una de sus primeras decisiones, le concedía el
derecho a votar.
Hoy, la mujer
tiene garantizados en el papel muchos derechos y en los hechos, vulnerados la
mayoría de ellos. La redoblada opresión que ejercen las grandes potencias sobre
los pueblos del mundo la tiene a ella entre sus primeras víctimas: negado su
derecho a una educación pública científica y gratuita; negada la salud; negada
la posibilidad de trabajar; negado un salario decente; negada la soberanía para
la nación que habita y ama.
Pero ella, en
medio de tantas negaciones, se afirma, avanza en su difícil sendero siendo día
a día más fuerte y más valiente y teniendo como compañera permanente la
alegría.
Conmemoramos
sus luchas y cantamos a su valor y firmeza, soñando un nuevo mundo, sólo
posible de su mano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario