FRASE DEL MES

Desafío al dragón, desafío el miedo... El mundo puede temblar y rabiar y yo sigo caminando con una paz y amor profundos.

miércoles, 15 de junio de 2011

PORQUE TE QUIERO… TE “APORRIO”

Pues si creen que por el titulo este post se trata de violencia contra la mujer o maltrato, pues si y no, es de maltrato pero no contra la mujer. Aunque igual como cuando hablo suelo cambiar de tema, como de "palo pa´rumba", púes de la mano a algunos temas que he venido tocando últimamente acerca de la maternidad y de nuestro niñ@ interno y esculcando como siempre lo hago encontré este artículo que llego a mi por  el Grupo de Mujeres de Cali, realizado por Ximena Norato y publicado en El Mundo; así que falta del link les transcribo. 


PORQUE TE QUIERO… TE “APORRIO”...


"El castigo físico como forma de disciplinar a los niños y a las niñas sigue siendo justificado por la familia, tolerado por la sociedad, aplicado en las escuelas y en casi todos los países del mundo tolerado por el Estado. No pasan de 20 los países que han prohibido en sus legislaciones las agresiones físicas contra la niñez. Pero así nos criaron y aquí estamos, dirán muchos, pero ¿cómo estamos viviendo? La violencia contra los menores de edad dejó el año anterior 9 niños sin vida, y 14.000 más en las entidades hospitalarias. El caso que se registró hace un par de días en La Pintada, Antioquia, donde un padre asesinó a su hijo, a su esposa y a sus suegros, no es sino una muestra más de cómo la violencia, iniciando desde la palmada, desemboca en grandes tragedias.


Ya me imagino que muchos lectores estarán diciendo: un pellizco, una cachetada, una palmada a tiempo evita que después los niños hagan lo que les dé la gana. Este argumento lo escucho a diario y siempre le pregunto a quién lo expresa: “Como no estoy de acuerdo contigo, ¿puedo darte una patadita para que no te sigas yendo por el mal camino?” Casi siempre recibo una sonrisa como respuesta, seguida del argumen­to que me advierte que no puedo hacerlo porque estoy frente a un adulto.


 Quiero pedirle al lector que responda con sinceridad al siguiente cuestionario:
  1. ¿Ha tenido usted discusiones con su jefe o ha sido maltratado laboralmente? ¿Ha sido injustamente descalificado o des­pedido? ¿Han ascendido a otro por “rosca” y no por virtudes que usted sí tiene? Ante estas situaciones ¿Ha golpeado usted a su jefe? ¿Le ha dado un pellizquito?... de esos chiquititos. La respuesta que generalmente obtengo en los talleres y conferencias es NO. Por supuesto, uno no golpea a su superior.
  2. ¿Ha tenido usted discusiones con sus colegas o con sus amigos? ¿Ha estado usted en desacuerdo con las respuestas, actuaciones, decisiones de ellos? ¿Los ha golpeado usted por eso? Acá nuevamente encuentro casi siempre un NO como respuesta. Los que dicen sí perdieron al amigo o la policía los arrestó… Porque uno no golpea a su igual.
  3. ¿Ha derramado usted un vaso de leche, olvidado algún deber, informe o presentación? ¿Lo han golpeado por ello? La respuesta generalmente es: sí lo he hecho y NO me han golpeado.
  4. ¿Qué hizo su hijo o hija que fuera más grave que todo lo anterior para que mereciera que usted, mayor en edad, peso, volumen y poder, lo golpeara? ¡Ah! la respuesta puede ser que su hijo no es su superior, ni es su igual… ¿Es entonces su inferior? Colombia registra cifras de violencia que ponen al país en los primeros puestos a nivel mundial y siempre argüimos que son generadas por el conflicto armado. Pero eso no es tan cierto. De hecho, el 6,2% de los homicidios es cometido en actos atribuidos a la violencia socio política como enfrentamientos con la guerrilla, terrorismo y bandas criminales. El 94% restante es cometido por colombianos que matan co­lombianos por desacuerdos, riñas, deudas, celos y otros motivos. Y ¿Cómo esperar otra cosa, si iniciamos la vida de nuestros hijos enseñándoles que es a través de actos violentos que se solucionan los hechos adversos a nuestro deseo? Así, no solo la letra entrará con la sangre, sino también la violencia inter-generacional, el miedo, la desconfianza, la rabia y el dolor.
El pensar a los niños y a las niñas como nuestros inferiores nos ha “otorgado” el poder para golpearlos y cometer contra ellos todo tipo de atrocidades. Pero qué equivocados estamos. Las niñas y los niños no solo son nuestros iguales como seres humanos sino que tienen derechos prevalentes. Por eso cada actuación, palabra y decisión que se tome frente a ellos y ellas debería observar esta condición que los hace sujetos de especial protección.


¿Que si tengo hijos? Sí, de nueve y seis años. ¿Que si me han sacado de casillas? Muchísimas veces, pero así como no golpeo a compañeros, jefes, ni transeúntes, mucho menos lo hago con quienes son mi verdadero Interés Superior".

Por cierto busque en el Dr. google, imágenes de  maltrato de niños y no aparecen registros por esa categoría, pero si encontré esta que me pareció mas ejemplificante. Dibujos de niños maltratados

No hay comentarios: