MUJERES INVISIBLES

Reblujando en el baúl de mi Abuelita, (como diría un buen paisa), encontré este post (de hace ya un par de años atrás), del investigador colombiano Manuel Antonio Velandia;  Sociólogo, filósofo, Sexólogo, Educador, asilado en España por su orientación sexual.  Autor e investigador principal de la etnográfica de mujeres viviendo con sida, "María Esperanza: Una historia de amor", rescate estas palabras, que parecen no desaparecer de nuestra cotidianeidad y quise compartir las reflexiones y desafíos  que el autor nos plantea.

"[...] Mi marido no me quiere, ya ni siquiera me pega [...] Cuando pensamos en mujeres y derechos, generalmente lo hacemos teniendo en mente a mujeres visibles como ciertas liderezas políticas, feministas reconocidas, imágenes públicas, pero olvidamos que en nuestros espacios más cotidianos hay mujeres comunes y corrientes, mujeres casi invisibles que no salen en los medios sino cuando ya es demasiado tarde porque ya se han perpetuado hacia ellas las formas mas violentas de agresión como los son las mujeres asesinadas por sus parejas sexuales, las mujeres desplazadas por la guerra, las mujeres victimas del conflicto armado, las mujeres campesinas cuyas voces se ignoran, cuyos gritos no escuchamos, u otras mujeres citadinas, cuyas “rebeldías” nos parecen poco importantes y cuyas efímeras vidas ni siquiera cuentan plenamente para sus hijos. [...] Cuando digo recordar, lo que pretendo es que no haya posibilidad de que se borre de nuestra memoria que la violencia no siempre es ejercida por aquellos a quienes consideramos violentos, sino que generalmente lo es por hombres comunes y corrientes, quienes desde su propia ignorancia y temores ven en las diferentes formas de violencia doméstica una manera de apaciguar su propia ignorancia y de vengar su propia debilidad.

No nos permitamos asumir y aceptar que existe cierto tipo de agresiones “naturales”, porque el hecho de que son aceptadas social y culturalmente como una manera de relacionarse entre hombres y mujeres.

Erradiquemos de nuestro actuar cotidiano ciertas actitudes y frases a las que recurrimos frecuentemente y con las que ridiculizamos y desvalorizamos a las mujeres; permitámonos repensar y cambiar ciertas manifestaciones de celos, y comprendamos que el maltrato emocional y físico, los insultos, gritos, amenazas y discusiones, la desconfianza, la descalificación, la ridiculización en privado y en público son otras formas de fomentar y aceptar que la violencia de genero es un hecho natural.

Lo único realmente natural es que somos diferentes, pero entre los hombres y entre las mujeres, unos/as a otras/os igualmente somos diferentes porque somos únicos, irrepetibles, tenemos una historia y un desarrollo igualmente particulares. En nuestra unicidad está nuestra grandeza y en el reconocimiento de dicha posibilidad en el otro y en la otro, el germen de una convivencia realmente solidaria y democrática.

!Que las mujeres sean visibles todos los días¡ "(1)

Ver el post completo en http://www.semana.com/wf_InfoBlog.aspx?IdBlg=29&IdEnt=1672

(1) Manuel Antonio Velandia  -  11/24/2008